martes, 3 de marzo de 2015

Desde hace algún tiempo...

Desde hace algún tiempo los cencerros se han vuelto sinérgicos y creativos: me debo a ellos. He seguido paseando la ciudad estos años y escribiendo en la intemidez. Yo soy el badajo oculto en la cavidad del cencerro que se menea al estertor que le coge por sorpresa, luego, el sonido que timbre el cobre no es cosa mía. 

Fui al Almudí a revisitar  la exposición de Lidó Rico que tanto me gustó, pero en su lugar he encontrado a unos señores llenando el espacio de sillas de plástico. Aunque hoy en día cualquier plástico puede ser susceptible de convertirse en arte, creo que estas sillas estaban destinadas a recibir posaderas asistentes a algún acto; así es la vida: actos, actos y más actos.

Algo se cuece en "El Cuartel". La decadencia de esos antiguos barracones con sus ronchones como jirones de piel a punto de mudar me fascinan. Allí se suda arte por cada grieta; y son muchas las que hay. La tarde estaba fresca, acabándose, como llevaba balas en la re-cámara, he apuntado al depósito del agua, recordando algún western de Clint Eastwood cuando era actor de puro y colt y se dedicaba a agujerear lo que se movía y lo que no.







A Sebastiao Salgado le dio un pálpito el corazón cuando se le reveló un nuevo mundo al mirar por primera vez a través del visor de una cámara fotográfica; tenía 26 años (1970). Ese mismo año yo cumplí 9  y también viví una experiencia similar al tener por primera vez una Kodak Retina entre mis manos. Desde ese día me interesé por la fotografía, pero a diferencia de Salgado, mi relación no ha llegado a trascender de la mera anécdota (frustración!). 
Dice Salgado que "alrededor del 46% de la Tierra permanece en el estado en el que se hallaba en la época del Génesis" y así se puso él ojos a la cámara y años a la espalda y miles de kilómetros de por medio para retratar la belleza -en blanco y negro- de esa porción de tierra en estado original. Génesis es un testimonio representado en 245 imágenes de lo que el hombre debe preservar. En la Avenida Libertad (Murcia) podemos ver una selección de 38 de ellas que la Obra Social "la Caixa"nos ofrece a través del programa "Arte en la calle". Para los que tengan 8.300€ de vellón, hay una tirada limitada de cinco ediciones de 100 ejemplares numerados y firmados, que incluye una impresión en gelatina de plata, firmada también por el fotógrafo.



"...empecé a escribir: la muerte sabe a un trago largo de tila. y pienso en mi padre como un paseo largo. y pienso en mi madre como un olor muy fuerte a lejía. y pienso en mi hermana como un gran salto de ballet."

Esto es un fragmento de uno de los textos que van hilando la exposición de pequeña fotografía "ellestásola" que Duli Martínez cuelga de las paredes de la Galería Léucade.

martes, 3 de enero de 2012

MARTIN CREED: THINGS/COSAS



Creed lo que os voy a decir, este CREED es un genio: va el tío y arruga una hoja de papel blanco (A-4) hasta convertirla en una bola (arrugada) de unos 5 cm. de diámetro, se pone dentro de una caja de metacrilato y tenemos una...¡escultura! Pinta unas decenas de metros de pared con bandas inclinadas de color azul dejando ver como fondo otras de color blanco de idéntica anchura. También pinta otra pared (aún más grande que la anterior) formando una cuadrícula romboidal de color verde claro. Pero hay una propuesta de juego, o al menos eso escucho decir a la guía que va explicando a un grupo que me precede: igual y el artista ha pegado algún chicle, moco, o vete a saber tú qué para que el espectador se implique de una forma directa con “la obra”. O clava siete clavos en la pared introduciéndolos en una secuencia de más a menos, o limpia sus brochas en unos pequeños lienzos o tablas (que ya no lo recuerdo) y se queda tan pancho, etc.

Creed creed-me, yo sabía lo que me iba a encontrar porque había visto fotos del contenido de la exposición y porque la “TATE” expuso su obra en el 2001, y ese mismo año fue “Premio Turner”, etc. En el folleto de la Sala Alcalá, 31,  literalmente dice que M. Creed “es uno de los artistas internacionales más interesantes de su generación, que combina su faceta de artista plástico con su grupo de música…” “Creed está investigando la naturaleza básica de las cosas, creando un mundo…” bla, bla, bla… No he tenido el placer de escuchar al grupo musical, aunque deduzco que de ahí le vendrá el calificativo de Artista.
De todo lo visto e imaginado extraigo las siguientes conclusiones:

1.   Por los intrincados caminos del Arte, revolotean ingentes cantidades de Idiot_s: he leído algunas críticas que son para cagarse o mearse (que de esto Creed también ha hecho arte).
2.   Creed los tiene a su merced.
3.   Espero impacientemente alguna exposición, donde los responsables de la misma (artisto/a, comisario/a, director/a de sala, etc.) se hagan clavar en las paredes mientras dure la misma (y espero que dure mucho); esto sí que llamaría realmente la atención y nos haría creer en el Arte; creed…
     4.  Sólo es mi opinión sobre… “cosas”

Pueden ver esta exposición en Sala Alcalá, 31 (Madrid) del 15/12/11 hasta el 26/02/12. Por cierto: no dejan hacer fotos (creo que pegar mocos en la pared sí), así que no he podido ilustrar esta diarrea  mental con  el papelito que es portada del folleto. Lo siento creed-me.


viernes, 21 de octubre de 2011

Mi sueño Dadá

La suerte se me echó encima, yo no quería, pero me vino Dadá  en forma de orinal vertical, blanco, impoluto, sin usar. Y así de blanco me quedé: en  mi sueño blanco, donde la nada lo ocupaba todo.
Aunque no soy egoísta, ni narcisista, ni Dadá, ni nada, reclamé alguna fisura en mi sueño pleno y blanco, algún atisbo de sombra donde cobijarme en los soleados días del verano que se hacían largos, muy largos y me estaban volviendo negro, muy negro. No es nada racial, nací en el Sur, por donde el mediterráneo, aquí nos curamos las heridas con cerveza y navegamos con las marineras que no van más allá de cópulas mestizas. Álvarez nos descubrió a Cavafis en su "Museo de Cera", pero era sólo un pretexto para familiarizarnos nuevamente con las chilabas. Cavafis ya existió mucho antes y la cera pronto se convirtió en líquida parafina con la calor. Cela también reivindicó el orinal, pero a diferencia de Duchamp, lo convirtió en icono de uso privativo, así era Cela, celoso de lo suyo. Pero Cela era de más al Norte del Sur y como a Duchamp también hubo quien no le entendió, sobre todo después de haber desparramado su cipote en Archidona teniendo una colección de orinales en casa, claro que también tenía un Rolls-Royce y una choferesa negra, y así cualquiera podría sacar a pasear el cipote por donde le viniese en gana. Me cuesta pensar que algo me podía ir mejor: conocí a Muñoz Molina cuando aún no creía en sí mismo, a Jesús Ferrero cuando sólo era Yin, a Mafalda cuando no existían los Simpson, a Tarzán en blanco y negro gritando sin parar, hasta que se fue a New York enfundado en un traje de David Delfín, que también leyó a Álvarez o a Cavafis. Y llegaron otros ismos a mis sueños con sus rarezas excluyentes, sin otra cera que la que arde; entonces Bukowski y Panero compartieron cigarrillos y whiskey de Kentucky, y orinal, arrojando por la borda mi sueño Dadá.

miércoles, 12 de octubre de 2011

HISPANIDAD

España está enferma. Extendida la epidemia de ineptos y jetas que nos gobiernan; sean políticos o banqueros, no queda otra alternativa que trasladar la basura a un cementerio nuclear. En la edad media se quemaban los cadáveres, pero ahora es diferente, no hay cadáveres. Los reyes del mambo viven felices, comen y duermen en establecimientos de tropecientas estrellas con nuestro dinero, mientras los desalojos invitan a familias enteras a dormir al sereno (bajo otras estrellas) y a comer a la puerta de estos restaurantes rebuscando las sobras en los contenedores de basura. España, -el mundo- precisa de una revolución sin guerras, que ya sabemos que de éstas ellos salen indemnes. Desconozco la fórmula, pero dejar pasar el tiempo aumentará la metástasis. Hoy, "la cabra" ha desfilado con honores a la altura de los tanques y de los soldados, las banderas vendían patria, Zapatero pasaba a la reserva y Rajoy se sentía presidente; mientras, como cada día, yo seguiré meneando el badajo de mi cencerro.

domingo, 9 de octubre de 2011

PASEANDO LA CIUDAD

Ayer, varias novias y novios ejercían su derecho al matrimonio, tomaron el centro de la ciudad acompañadas de una coorte de fotógrafos para testimoniar su compromiso; tal vez los porftolios sobrevivan a sus matrimonios, pero esto, el tiempo lo dirá. Por ahora, los curas tienen trabajo y eso en los tiempos que corren es bueno, que ya somos muchos los parados.

De una limusina blanca, bajan varias chicas uniformadas; desconozco si era una fiesta juvenil o publicitaban algo. Se me ocurre pensar, que tal vez, Murcia se está Americanitontinizando.

Entro a la sala de exposiciones CAM El Martillo para ver la expo. "Suerflat: New Pop Culture" del japonés Takashi MuraKami. Este "tío" es pero que muy listo, ha creado la empresa "Kaikai Kiku", tiene tres fábricas y unos 200 empleados que confeccionan sus muñequitos cabezones, platos decorativos, "esculturas", reproducciones de sus floridos y coloristas cuadros y un largo etc., de souvenirs que distribuye a todo el mundo; y yo que pensaba que con el arte no se podía ser rico, o a lo mejor lo que hace MuraKami no es arte y sí industria, no sé. Lo que sí sé, es que en los textos explicativos que acompañan la exposición hay muchas faltas de ortografía, si tenemos en cuenta los acentos (tildes).

En el Almudí hay dos exposiciones: una de la escultora lorquina Lola Arcas; me gusta "la cogida", una cabeza/busto de torero, que se aleja del "clasicismo" del resto. En la planta principal se exponen pinturas y esculturas de Marino Marini (1901-1980) Escultor y pintor italiano. Interesantes sus obras sobre caballos. Menos interesante la "mierda" que algunas portan, tal vez de los últimos 60 años de "vida"; no hablo de pátina en mal estado, es simplemente suciedad.

Y para finalizar deciros que hace unos días vi la película "El árbol  de la Vida" del controvertido Terrence Malick. Sala medio llena, 141´ de ... Por fin terminó, y después de unos segundos donde se nos pararon los pulsos, aplaudimos y pedimos las orejas y el rabo (del director). Ahora, leéis las críticas de los críticos, y vosotros mismos...



viernes, 6 de mayo de 2011

JOAQUÍN CLARES: “MORADAS Y MORADORES”. Exp. de fotografías en los Molinos del Río.


Joaquín Clares, se asoma a través del objetivo de su cámara, a las moradas y moradores de Río de Janeiro con una mirada humanista.  En  ese acto de sinceridad consigo mismo, recibe del otro lado,  una respuesta equivalente de parte de los humildes moradores, que en ningún momento se sienten intimidados ante la presencia del fotógrafo.
Contrastes en el paisaje, contrastes solapados, tan próximos, que es difícil imaginar qué fuerza les retiene, para no arremeter contra la sombra que los modernos complejos de torres, arrojan en un acto altivo y desafiante sobre sus insostenibles chabolas construidas con restos reciclados (hasta un muro de botellas de plástico) e infinita paciencia. Paciencia y serenidad que evocan un tiempo detenido, ajeno al transcurrir de sus vidas. Miradas amables como las de “Menino. Curica”, “Menino na Rua Esperanza” o “Imperio Serrano”, o miradas de amor y vida (plena) en “Curicica-Jpa” donde una pareja de ancianos posan cogidos de la mano en las escaleras de acceso a su casa.
Humildes Miradas, Moradas y Moradores, donde Joaquín nos destapa “su alma” para guiarnos por el camino de las emociones.

lunes, 2 de mayo de 2011

¿Cómo?



Como barcos en una sopera de pura porcelana

Como ojos que gastan la vida durmiendo

Como lanzas que abandonaron la batalla
sin alcanzar blanco

Como dados que permanecieron sobre un vértice
temerosos de extraer la suerte

Como música que labra un retórico surco

Como un traje que fue creciendo con su ocupa
hasta convertirse en epidermis transparente

Como un zapato que se negó a abandonar
el pie que lo gastó por temor a perderse

Como un sapo en su ciénaga cubriéndose de fango

Como una loca que escribió cuanto le pasó por su pluma

Como labios sellados para siempre en un eterno beso

Como un sello que viajó perdido entre mensajes
crípticos sin destinatario al que entregar

Como la sonrisa de un niño traspasando corazones
que bombean caramelos

Como un envoltorio que esconde un tesoro
accesible en otra vida

Como una cruz equidistante desde el epicentro
rotando sobre su eje con envolvente simetría