miércoles, 12 de octubre de 2011

HISPANIDAD

España está enferma. Extendida la epidemia de ineptos y jetas que nos gobiernan; sean políticos o banqueros, no queda otra alternativa que trasladar la basura a un cementerio nuclear. En la edad media se quemaban los cadáveres, pero ahora es diferente, no hay cadáveres. Los reyes del mambo viven felices, comen y duermen en establecimientos de tropecientas estrellas con nuestro dinero, mientras los desalojos invitan a familias enteras a dormir al sereno (bajo otras estrellas) y a comer a la puerta de estos restaurantes rebuscando las sobras en los contenedores de basura. España, -el mundo- precisa de una revolución sin guerras, que ya sabemos que de éstas ellos salen indemnes. Desconozco la fórmula, pero dejar pasar el tiempo aumentará la metástasis. Hoy, "la cabra" ha desfilado con honores a la altura de los tanques y de los soldados, las banderas vendían patria, Zapatero pasaba a la reserva y Rajoy se sentía presidente; mientras, como cada día, yo seguiré meneando el badajo de mi cencerro.

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