viernes, 21 de octubre de 2011

Mi sueño Dadá

La suerte se me echó encima, yo no quería, pero me vino Dadá  en forma de orinal vertical, blanco, impoluto, sin usar. Y así de blanco me quedé: en  mi sueño blanco, donde la nada lo ocupaba todo.
Aunque no soy egoísta, ni narcisista, ni Dadá, ni nada, reclamé alguna fisura en mi sueño pleno y blanco, algún atisbo de sombra donde cobijarme en los soleados días del verano que se hacían largos, muy largos y me estaban volviendo negro, muy negro. No es nada racial, nací en el Sur, por donde el mediterráneo, aquí nos curamos las heridas con cerveza y navegamos con las marineras que no van más allá de cópulas mestizas. Álvarez nos descubrió a Cavafis en su "Museo de Cera", pero era sólo un pretexto para familiarizarnos nuevamente con las chilabas. Cavafis ya existió mucho antes y la cera pronto se convirtió en líquida parafina con la calor. Cela también reivindicó el orinal, pero a diferencia de Duchamp, lo convirtió en icono de uso privativo, así era Cela, celoso de lo suyo. Pero Cela era de más al Norte del Sur y como a Duchamp también hubo quien no le entendió, sobre todo después de haber desparramado su cipote en Archidona teniendo una colección de orinales en casa, claro que también tenía un Rolls-Royce y una choferesa negra, y así cualquiera podría sacar a pasear el cipote por donde le viniese en gana. Me cuesta pensar que algo me podía ir mejor: conocí a Muñoz Molina cuando aún no creía en sí mismo, a Jesús Ferrero cuando sólo era Yin, a Mafalda cuando no existían los Simpson, a Tarzán en blanco y negro gritando sin parar, hasta que se fue a New York enfundado en un traje de David Delfín, que también leyó a Álvarez o a Cavafis. Y llegaron otros ismos a mis sueños con sus rarezas excluyentes, sin otra cera que la que arde; entonces Bukowski y Panero compartieron cigarrillos y whiskey de Kentucky, y orinal, arrojando por la borda mi sueño Dadá.

miércoles, 12 de octubre de 2011

HISPANIDAD

España está enferma. Extendida la epidemia de ineptos y jetas que nos gobiernan; sean políticos o banqueros, no queda otra alternativa que trasladar la basura a un cementerio nuclear. En la edad media se quemaban los cadáveres, pero ahora es diferente, no hay cadáveres. Los reyes del mambo viven felices, comen y duermen en establecimientos de tropecientas estrellas con nuestro dinero, mientras los desalojos invitan a familias enteras a dormir al sereno (bajo otras estrellas) y a comer a la puerta de estos restaurantes rebuscando las sobras en los contenedores de basura. España, -el mundo- precisa de una revolución sin guerras, que ya sabemos que de éstas ellos salen indemnes. Desconozco la fórmula, pero dejar pasar el tiempo aumentará la metástasis. Hoy, "la cabra" ha desfilado con honores a la altura de los tanques y de los soldados, las banderas vendían patria, Zapatero pasaba a la reserva y Rajoy se sentía presidente; mientras, como cada día, yo seguiré meneando el badajo de mi cencerro.

domingo, 9 de octubre de 2011

PASEANDO LA CIUDAD

Ayer, varias novias y novios ejercían su derecho al matrimonio, tomaron el centro de la ciudad acompañadas de una coorte de fotógrafos para testimoniar su compromiso; tal vez los porftolios sobrevivan a sus matrimonios, pero esto, el tiempo lo dirá. Por ahora, los curas tienen trabajo y eso en los tiempos que corren es bueno, que ya somos muchos los parados.

De una limusina blanca, bajan varias chicas uniformadas; desconozco si era una fiesta juvenil o publicitaban algo. Se me ocurre pensar, que tal vez, Murcia se está Americanitontinizando.

Entro a la sala de exposiciones CAM El Martillo para ver la expo. "Suerflat: New Pop Culture" del japonés Takashi MuraKami. Este "tío" es pero que muy listo, ha creado la empresa "Kaikai Kiku", tiene tres fábricas y unos 200 empleados que confeccionan sus muñequitos cabezones, platos decorativos, "esculturas", reproducciones de sus floridos y coloristas cuadros y un largo etc., de souvenirs que distribuye a todo el mundo; y yo que pensaba que con el arte no se podía ser rico, o a lo mejor lo que hace MuraKami no es arte y sí industria, no sé. Lo que sí sé, es que en los textos explicativos que acompañan la exposición hay muchas faltas de ortografía, si tenemos en cuenta los acentos (tildes).

En el Almudí hay dos exposiciones: una de la escultora lorquina Lola Arcas; me gusta "la cogida", una cabeza/busto de torero, que se aleja del "clasicismo" del resto. En la planta principal se exponen pinturas y esculturas de Marino Marini (1901-1980) Escultor y pintor italiano. Interesantes sus obras sobre caballos. Menos interesante la "mierda" que algunas portan, tal vez de los últimos 60 años de "vida"; no hablo de pátina en mal estado, es simplemente suciedad.

Y para finalizar deciros que hace unos días vi la película "El árbol  de la Vida" del controvertido Terrence Malick. Sala medio llena, 141´ de ... Por fin terminó, y después de unos segundos donde se nos pararon los pulsos, aplaudimos y pedimos las orejas y el rabo (del director). Ahora, leéis las críticas de los críticos, y vosotros mismos...