sábado, 29 de enero de 2011

BREVERÍAS II


En la niñez somos felices e inocentes. En la adolescencia descubrimos el amor y su contrario. En la madurez adquirimos responsabilidades. Cumplidos los 40 el reloj se da la vuelta. Cuando somos viejitos  aprehendemos la sabiduría de la  experiencia,  la nariz y la orejas crecen  y mengua lo demás. Lo que pasa después no tengo ni idea, aunque espero que en ese hipotético más allá se cambien las tornas y los que ahora dan; las tomen.

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